Como ya sabemos, septiembre es el mes en que el hemisferio norte pulsa el botón START. Todo vuelve a comenzar; nos reiniciamos. Las carreteras y los trenes se demoran, las oficinas se completan, las ofertas de las tiendas se terminan, y los niños vuelven al cole.
Este año nadie tiene la certeza ni el coraje de pulsar ese botón. Hay muchas más preguntas que respuestas y ningún protocolo parece contar con la aprobación y la tranquilidad de los diferentes actores sociales para que la vuelta a la escuela transcurra como un septiembre más.
Mientras el limbo del verano va llegando a su fin, intento ordenar mis ideas y reflexiones respecto al inicio escolar y aprovecho para pensar y repensar el vasto y maravilloso potencial que tiene como raíz y razón de existir la escuela.
La gran mayoría de profesores y maestros dispone de una amplia y actualizada formación en temas metodológicos, estratégicos y técnicos respecto a diferentes competencias relacionadas con su “hacer”. Y aquí se produce, a mi entender, una fisura: los niños, niñas y jóvenes, los reales digo, esos que saben usar ordenadores y teléfonos móviles desde los dos años, esos que buscan en google o YouTube lo que necesitan saber y luego hacen un tutorial dedicado a otros que, como ellos, necesitan resolver cuestiones de manera simple y veloz. A esas chicas y chicos la actuación meramente técnica de una escuela, no los convoca ni entusiasma.
Nuevos Paradigmas
Las infancias y las adolescencias de hoy nos plantean un desafío, una verdadera revolución en términos educativos y formativos: el encuentro con lo humano.
La interacción pedagógica cuerpo a cuerpo es entonces en sí misma hoy y como nunca, el paradigma.
Por ello, la PRESENCIA de maestros, maestras y educadores; sus palabras y sus silencios, sus maneras de ver y tocar el mundo, la empatía con la que se dirigen a sus alumnos, la atención a sus intereses y emociones… todo eso, es el conjunto de saberes que estimula y capta la esencia de las nuevas generaciones de estudiantes. Ellos demandan una información para la que Google, por suerte y por ahora, no tiene respuestas…
Existe material didáctico muy rico y variado disponible para casi la mayoría del alumnado. Las plataformas virtuales y los recursos tecnológicos demuestran día a día su constante perfeccionamiento….
Pero cuando hablamos del encuentro entre seres humanos interrelacionados dentro de la trama dinámica de la educación, hablamos de otra cosa. La presencia del otro, su “estar”, su "ser", es el recurso más fecundo y eficaz para abordar cualquier intervención/actuación sociopedagógica.
Las oportunidades y la responsabilidad son inmensas. El nuevo ciclo que estamos iniciando, abrirá (ojalá) las puertas de un cole en el que las niñas, los niños y los jóvenes, encontrarán y redescubrirán mucho más que los contenidos “perdidos”, “atrasados”, etc por culpa del año pasado….
No impongamos presiones ni apresuremos procesos.
Ellas y ellos van decididos al reencuentro con lo humano; hagamos una PAUSA para otorgarle valor y sentido.
Ojalá estemos a la altura.
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